lunes, 22 de diciembre de 2008

La infancía de Sephien

Nací en el Bosque de Hulak en el grandioso reino de Cormyr y fui la primogénita del dirigente del clan Vallermoso, Galen Vallermoso. Como tal fui instruida para llegar a sustituir a mi padre en su labores cuando el muriera, factor que nunca sucedió ya que el día de su fallecimiento fue también el final del clan Vallermoso, pero lo mejor será empezar desde el principio.


El Clan Vallermoso fue fundado por mi abuelo Sephiront Vallermoso, en el año 1336 CV, por mandato del nuevo rey Azoun IV. El rey ordeno a mi abuelo congregar a los mejores guardabosques y exploradores del reino con la esperanza de que el bosque de Hulak puediera ser controlado y liberado de las manos de las tribus trasgoides y orcas de los Picos del Trueno. Durante los primeros años fue una labor muy complicada pero 25 años después el clan constaba de 10 familias asentadas en un caserío fronterizo en la lindes del Bosque de Hulak y los Picos del Trueno. El clan se dividía en 4 divisiones: Los Guardianes, eran la fuerza de elite del clan entre los que se hallaban los mejores combatientes y eran dirigidos por el dirigente del clan, mi padre, su tarea era la de dirigir las batallas contra las escaramuzas orcas que se adentraban en el bosque; Los Sabios, constaban de los más ancianos del clan, nunca supe de que trataba su ocupación pero lo que se es que eran los más respetados por todo el clan; Los Esbirros, en los cuales me encontraba, se dedicaba a la exploración y vigilancia del bosque, sus miembros habían sido adiestrados desde los 5 años de edad en el arte del sigilo y el rastreo; y por ultimo los Defensores, compuestos por los demás hombres y mujeres del clan, la labor de este grupo era la caza y la defensa del caserío.

El clan había prosperado mucho en muy pocos años y eso llamo la atención de seres muy poderosos que lo veían como una amenaza que debía ser exterminada. Una noche del invierno del 1361 CV me levanté sobresaltada por un ruido extraño y un fuerte olor a quemado, cuando me asomé por mi ventana vi como el caserío era atacado por un grupo de hombres encapuchados. Fui lo más rápido posible a los aposentos de mis padres y, cuando llegué vi a mi madre muerta en la cama, atravesada por una daga negra y a mi padre de pie con su estoque en la mano frente al que tenía que ser el asesino de mi madre. Era una extraña criatura que nunca había visto, tenía rasgos élficos aunque su piel era oscura y su cabellos blancos; pero su rasgo más distintivo era que en el lugar que tenía que ocupar su ojo derecho solo había una gran cicatriz en forma de cruz. Mi padre atacó al extraño pero con una facilidad sorprendente el asesino esquivó el ataque y lo ensartó, hiriéndolo de muerte. Después me miró y con una sonrisa me dio la espalda y se dirigió a la ventana, antes de saltar por ella giró la cabeza hacia mi y me dijo “Hazte fuerte, no temas a nada, conviértete en una gran guerrero y entonces buscame y venga la muerte de tus padres”.

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