¡Ufff! Hicimos lo que pudimos, de verdad, y apenas salvamos el trasero...
Pero es que no es fácil que, tras acceder a la torre, encontraramos en ella a esa supesta hechicera y se complicara más el maldito asunto.
Pharaun, haciendo lo que mejor sabe, es decir, subrayando lo obvio, indicó que la hechicera era otra cosa... ¡cómo si no hubieramos visto todos a sus familiares! ¿Qué clase de hechicera tiene como familiares cuatro demonios barbados?
La bruja nos indicó que deberíamos acabar con otro grupo de aventureros que había entrado a la torre y que de ese modo nos facilitaría la salida por alguna de las cuatro puertas.
¡Cuatro puertas! Y ninguna que yo pudiera abrir...
Descendimos a las plantas inferiores donde encontramos a los "avezados" aventureros. Tras un encuentro nada agradable en el que me usaron de blanco de feria (¡siendo yo invisible!), descubrimos que a estos aventureros se les había encomendado una misión similar a la nuestra por parte de un mago: vamos, que esa bruja del demonio quería que nos matásemos unos a otros... Le salió rana.
La bruja no era sino un demonio del abismo y tuvimos que acabar con él, y con todos los malditos engendros que encontramos a nuestro paso.
En medio del combate no nos percatamos, pero el mago del otro grupo desapareció, y sus compañeros se encararon con unos demonios barbados... dejando los más interesantes para nosotros.
Thorgar no tuvo su día y cayó inconsciente tras recibir dos golpes de una de aquellas bestias, y Pharaun no pudo ser de mucha ayuda con su inacabable arsenal de conjuros (¡de Fuego!) y quedó relegado a usar un par de proyectiles mágicos... cosa de niños.
Todo el maldito asunto quedó en manos de Tamark, de Társis y en las mías. ¿Dónde infiernos estaba Eltman?
De Tamark poco puedo contar: hizo brillar varias veces su símbolo sagrado, rezó unas oraciones, dió unos pocos gritos... y dejó todo el trabajo para Társis y para mí. Vamos, lo de siempre.
Hice lo que pude, lo prometo, pero es que el elfo es un verdadero demonio. Cuando la furia le invade no distingue amigos de enemigos: un velo nubla su vista y su razón y hace que desaparezca el apacible Társis y se transforme en una encarnación de la muerte.
Acuchillé, esquivé, y me escabullí cuanto pude para facilitar las cosas a Társis, pero es muy complicado cuando tu compañero olvida las tácticas del combate y sólo piensa en cortar al enemigo en lonchitas muy finas. Aún así, no lo hice mal del todo.
Vi a Tarsis encajar como si nada golpes que me hubiesen partido por la mitad, y en mi afán por ayudarle recibí mi merecido (¡parece que no aprendí nada con aquel maldito orco!).
Társis sangraba y gritaba y cortaba. Y los mató.
El pobre infeliz casi no lo cuenta, ¡pero los mató! Sin Társis, o si mi señora Tymora hubiera querido que perdiera la consciencia en alguno de aquellos atroces golpes, todos hubiéramos muerto.
Rememoro el combate y se me eriza el vello, y no a causa de los demonios. Óliver, no provoques nunca a ese elfo...
Cuando todo acabó y Tamark pudo sanar a Társis y a Thorgar, apareció el dichoso mago, que al parecer tenía un objeto que permitía salir de la torre por una de sus puertas. Volvía a por sus compañeros y salimos con ellos apareciendo aquí, en el bosque, no muy lejos de Colinas Lejanas.
Hacía allí nos encaminamos ahora pues aún tenemos que descubrir la relación de los tratantes de esclavos con los Penachos Rojos, así como el origen de las incursiones drow en la zona, y si ambos sucesos están relacionados.
Además, esa tal Girella nos dijo que fueramos a otra torre y queremos saber qué hay en ella.
También tenemos que saber que diantres traman esos apestosos Magos Rojos... y puede que me haga con cierto orbe mágico para venderlo a buen precio.
¿Dónde están los dichosos Arpistas cuando hacen falta? Odio ser aventurero.
martes, 22 de septiembre de 2009
martes, 8 de septiembre de 2009
Y volví...
Sí, he vuelto y soy un halfling nuevo... ¿No lo entendéis? Permitid que os lo explique:
Después de algunas aventuras con mis compañeros, decidí ir a buscar a Zerosh por mi cuenta. Pensé que me sería más fácil localizarlo sólo que si iba en grupo, y que así pasaría desapercibido. Fue un error.
Caí sin remedio en manos de los Penachos Rojos, donde por fín encontré a mi buen Zerosh y con él fuí condenado a luchar en el Arena donde mis habilidades son poco útiles.
Ya me veía siendo pasto de los gusanos hasta que escuché una voz que hacía mucho que no oía. Al principio pensé que era una alucinación pues no podía verlo pero sin duda era él, Nysander. Hacía meses desde nuestro último encuentro pero en nuestro negocio esas cosas ocurren.
Para mi sorpresa no apareció sólo pues traía a mis compañeros con él.
Tan sólo gracias a su ayuda, a mis habilidades, y a un golpe de suerte en forma de portal mágico pudimos salir con bien de este trance. Escapamos todos, incluídos el resto de presos entre los que estaba Thorgar. Decía ser clérigo de Tempus, y solicitó acompañarnos. Hemos accedido y de momento parece cumplir con su cometido: sana y mata (Ya podría aprender algo Gond del Señor de la Guerra).
El caso es que no soy el mismo.
No sé que ocurrió conmigo pero los Penachos Rojos debieron hacerme algo.
¿Que cómo lo sé? Quizá se deba al extraño color rojo que han adquirido mis pupilas, o a otra cosa más preocupante. Más interna.
¿Sabéis cuál es la sensación que queda tras quemarse la lengua al probar un estofado caliente? Es como si una cuerda que se hubiese tensado en exceso ya no pudiera volver a su estado anterior.
No sé como de profundo es el cambio, pero ya no es lo mismo. No quiero decirlo en voz alta, pues temo que se haga realidad. Empiezo a pensar que he contraído una grave enfermedad; una que ha acabado con algunos de los más afamados ladrones de Faerûn: Escrúpulos.
Nys dice que no me preocupe, pero para él es fácil... siempre ha tenido ese problema.
El caso es que no me resulta tan sencillo matar como antes, ni tan fácil elegir una víctima para mis robos, o un compañero al que desvalijar en una mesa de juego.
¡Por amor de Tymora! ya soy mayor para cambiar de trabajo... espero que sea un problema transitorio pues me tiene realmente preocupado.
Por de pronto voy a pasar mucho más tiempo con Pharaun, a ver si recobro la cordura... ¡Nadie como ese semidrow para dejar de lado las dudas morales! Espero que sirva de algo...
Qué le voy a hacer, son gajes del oficio... Odio ser aventurero.
Después de algunas aventuras con mis compañeros, decidí ir a buscar a Zerosh por mi cuenta. Pensé que me sería más fácil localizarlo sólo que si iba en grupo, y que así pasaría desapercibido. Fue un error.
Caí sin remedio en manos de los Penachos Rojos, donde por fín encontré a mi buen Zerosh y con él fuí condenado a luchar en el Arena donde mis habilidades son poco útiles.
Ya me veía siendo pasto de los gusanos hasta que escuché una voz que hacía mucho que no oía. Al principio pensé que era una alucinación pues no podía verlo pero sin duda era él, Nysander. Hacía meses desde nuestro último encuentro pero en nuestro negocio esas cosas ocurren.
Para mi sorpresa no apareció sólo pues traía a mis compañeros con él.
Tan sólo gracias a su ayuda, a mis habilidades, y a un golpe de suerte en forma de portal mágico pudimos salir con bien de este trance. Escapamos todos, incluídos el resto de presos entre los que estaba Thorgar. Decía ser clérigo de Tempus, y solicitó acompañarnos. Hemos accedido y de momento parece cumplir con su cometido: sana y mata (Ya podría aprender algo Gond del Señor de la Guerra).
El caso es que no soy el mismo.
No sé que ocurrió conmigo pero los Penachos Rojos debieron hacerme algo.
¿Que cómo lo sé? Quizá se deba al extraño color rojo que han adquirido mis pupilas, o a otra cosa más preocupante. Más interna.
¿Sabéis cuál es la sensación que queda tras quemarse la lengua al probar un estofado caliente? Es como si una cuerda que se hubiese tensado en exceso ya no pudiera volver a su estado anterior.
No sé como de profundo es el cambio, pero ya no es lo mismo. No quiero decirlo en voz alta, pues temo que se haga realidad. Empiezo a pensar que he contraído una grave enfermedad; una que ha acabado con algunos de los más afamados ladrones de Faerûn: Escrúpulos.
Nys dice que no me preocupe, pero para él es fácil... siempre ha tenido ese problema.
El caso es que no me resulta tan sencillo matar como antes, ni tan fácil elegir una víctima para mis robos, o un compañero al que desvalijar en una mesa de juego.
¡Por amor de Tymora! ya soy mayor para cambiar de trabajo... espero que sea un problema transitorio pues me tiene realmente preocupado.
Por de pronto voy a pasar mucho más tiempo con Pharaun, a ver si recobro la cordura... ¡Nadie como ese semidrow para dejar de lado las dudas morales! Espero que sirva de algo...
Qué le voy a hacer, son gajes del oficio... Odio ser aventurero.
Etiquetas:
Diario Partida,
Espadas,
Óliver
Yes, we're open!!!
O algo así...
El caso, estimados amigos, es que hemos vuelto y retomamos la partida (y el blog) después del parón estival.
Por este motivo, indicaré aquellos que aún resistimos los embates de nuestro "amado" máster, esto es: Eltnam, Pharaun, Tamark, Társis, y cómo no, el inefable Óliver deBurroughs.
Se han acusado las bajas de Sephien y Érika, así como la del temporal Nysander, pero hay una inclusión, que no se notificó debido a mi dejadez para con el blog: Thorgar.
Sin duda esta será una nueva temporada llena de aventuras y retos para nosotros. Tan sólo esperamos que sea la mitad de divertida que la anterior.
Chicos, recuerdo que nuestro queridíiiiisimo máster nos debe los PX de DOS sesiones, y con esto alcanzaremos nivel 8, o quedaremos muy cerca. A lo expuesto hay una salvedad: Pharaun tendrá nivel 12 (al menos), dado que sieeeeeempre tiene un par de miles de PX más que el resto.
He estado pensando sobre este particular y creo que sé cual es la fuente del problema: o Dani no sabe contar, o alguno de vosotros le ha engañadao diciéndole que sume 200 PX más a la cifra que diga el Máster. Me inclinaría por lo primero, pero dado que algún mamón tuvo a Társis media sesión picando piedra, pues tampoco descarto nada.
Bueno, yo me despido. Estad atentos y tened siempre a mano un saco...
El caso, estimados amigos, es que hemos vuelto y retomamos la partida (y el blog) después del parón estival.
Por este motivo, indicaré aquellos que aún resistimos los embates de nuestro "amado" máster, esto es: Eltnam, Pharaun, Tamark, Társis, y cómo no, el inefable Óliver deBurroughs.
Se han acusado las bajas de Sephien y Érika, así como la del temporal Nysander, pero hay una inclusión, que no se notificó debido a mi dejadez para con el blog: Thorgar.
Sin duda esta será una nueva temporada llena de aventuras y retos para nosotros. Tan sólo esperamos que sea la mitad de divertida que la anterior.
Chicos, recuerdo que nuestro queridíiiiisimo máster nos debe los PX de DOS sesiones, y con esto alcanzaremos nivel 8, o quedaremos muy cerca. A lo expuesto hay una salvedad: Pharaun tendrá nivel 12 (al menos), dado que sieeeeeempre tiene un par de miles de PX más que el resto.
He estado pensando sobre este particular y creo que sé cual es la fuente del problema: o Dani no sabe contar, o alguno de vosotros le ha engañadao diciéndole que sume 200 PX más a la cifra que diga el Máster. Me inclinaría por lo primero, pero dado que algún mamón tuvo a Társis media sesión picando piedra, pues tampoco descarto nada.
Bueno, yo me despido. Estad atentos y tened siempre a mano un saco...
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